Corría 1999 cuando una joven llamada Ana María Muñoz ganó el icónico concurso de baile de la “chica tecno” del programa Extra Jóvenes.
23 años después, la icónica ‘Zapallito Italiano’ volverá a las pistas de baile para competir -con 60 kilos menos de peso- en el estelar de Canal 13 Aquí se Baila.
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“Amo que me digan Zapallito, es mi esencia. Aunque tenga unos kilos menos yo voy a ser Zapallito hasta el día de mi muerte”, comenta Ana María, ahora de 47 años.
Cabe señalar que Muñoz iba a entrar originalmente en la primera semana del programa, pero no pudo porque estaba a punto de realizarse una cirugía estética tras una drástica baja de peso.
“La producción me llamó el día antes de mi operación, y yo dije que no lo podía creer, porque yo había decretado que me iban a llamar. Yo creo en esas cosas, estaba preparada desde el programa de baile anterior, cuando lo vi lo dije. Cuando les dije que no podía en ese momento, me dijeron ‘no te preocupes, nosotros te esperamos, te queremos en el programa’, y me esperaron dos meses para bailar. ¡Yo estaba saltando en una pata!”, cuenta.
Y será la primera incursión profesional de Ana María en el baile desde su época tecno, ya que, aunque tuvo esporádicas apariciones en la farándula desde entonces, por lo general apareció en la TV actuando, no bailando.
“Después de la chica tecno no bailé más, sólo actué en varias series como Directo al corazón, Casado con hijos, Mujer, rompe el silencio y en Morandé con Compañía. Se me dieron más oportunidades actuando que bailando, yo creo que por los estereotipos de cuerpo, porque siempre las bailarinas de televisión tienen que ser regias”, opina.
Sin embargo, el baile sigue siendo parte suya por siempre. “Hago eventos de discoteques gays, me adoran en las fiestas kitsch y noventeras, me dicen la reina del tecno. Es un público que me ha apoyado desde el inicio. Además, llevo varios años haciendo clases de baile entretenido, que es como la zumba, pero es muy distinto al baile profesional”, comenta.
“Lo que busco es entregar energía a las dueñas de casa y cambiarles el chip cuando están con la autoestima baja, es mi aporte a las mujeres”, agrega.
“Llevo 20 años esperando…”
Pero ahora al fin tendrá la oportunidad de regresar a los programas de baile, ante lo que Ana María destaca que quiere aprovecharlo al máximo.
“Esta es la oportunidad que quise hace 20 años, podríamos decir que llevo 20 años esperando esto. Yo creo que la producción de este programa está enfocada en el cuerpo positivo, y está dando la oportunidad de demostrar que no es necesario tener un cuerpo escultural para mostrar tu arte. Por eso me encanta el programa. Y yo no soy la típica flaca, pero estoy sana”, dice.
Por supuesto, sabe que no será fácil, no sólo por su formación, sino porque se integra a competir con gente que lleva más de un mes bailando.
“No vengo a ganarle a nadie, quiero disfrutar esta experiencia al máximo, aprender y superarme a mí misma. El nivel de los demás es de primera selección, yo sé que me estoy metiendo en las patas de los caballos. Pero yo siempre digo que puedo. Es maravilloso poder competir con este nivel de bailarines, es decir: ‘Aquí estoy yo, empoderada, perrísima, me lo creo todo’”, indica.
Críticas del jurado
En cuanto a las críticas, la participante dice que no le tiene miedo a lo que el jurado le diga, y que sabe que serán duros con ella. “Quiero recibir todas sus críticas porque me van a servir a mí misma. No me van a estar ofendiendo sino que me van a estar haciendo un gran favor para mejorar. Todo lo que me digan yo lo voy a tomar y voy a aprovechar todo”, dice.
Además, tendrá que aprender a bailar ritmos que nunca ha practicado, y que son muy diferentes al tecno que la hizo famosa.
“Yo no tengo estudios de baile, soy una bailadora que lo disfruta no más. El tecno es un baile totalmente individualista donde bailas a tu ritmo, a tu tiempo, tú sabes cuándo descansar o ponerle más energía. En cambio, esto es otra cosa, pero vengo dispuesta a aprender lo que me digan”, asegura.
Finalmente, expresa que “en este tiempo de ensayo he aprendido hasta las posturas de dedos, son metas chiquititas que voy a ir superando poco a poco. Si hay que bailar salsa, bailo salsa, si hay que bailar reguetón, bailo reguetón. Ahí es mi bailarín (Felipe Román) el que se la ha jugado por completo, me ha enseñado todo y me ha tenido una paciencia única. Estoy muy agradecida de él. ¡Me levanta en brazos incluso!”.