Este lunes comienza una nueva semana de competencia en Aquí se Baila, la cual contará con importantes novedades. Una de ellas es la inclusión de nuevos participantes, en donde destaca la dupla formada por Hernán Arcil y Leticia Zamorano.
“Fue bien intenso y sorpresivo todo. Me llamaron un domingo en la tarde, dije que sí, y al día siguiente ya estábamos instalados acá ensayando”, cuenta Leticia sobre el ofrecimiento.
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Para ambos es su primera vez compitiendo en un programa televisivo de baile desde su salida de Rojo. Leticia se mantuvo por cinco años en el programa, lo que le sirvió de puntapié inicial para continuar haciendo danza en la TV.
“Ahí aprendí mucho de escenarios, me conocí mucho como artista y aprendí mucho de la parte creativa, además que yo estaba estudiando en ese entonces. Cuando terminé el programa dije: ‘Ya, nunca más compito’. Por eso, al día siguiente de aceptar Aquí se Baila desperté y dije ‘¡Voy a competir de nuevo! ¡¿Qué hice?!”, señala entre risas.
Luego de pasar otros cinco años más como coreógrafa en distintos programas de TVN, bailó con distintos artistas en la Teletón y se formó afuera un año en Suecia.
Después dirigió un musical llamado ‘Corazón Rojo’, junto con algunas de sus excompañeras del programa, y hace dos años fue una de las coreógrafas del estelar ‘Bailando por un sueño’.
“Siempre me he dedicado mucho a la parte creativa, como coreógrafa. Saqué un proyecto de danza llamado FAMS sobre empoderamiento femenino a través del movimiento. Y este último tiempo he estado mucho en el área de pedagogía, trabajo en un proyecto del Mineduc que integra las disciplinas artísticas en el currículum de los colegios”, comenta la intérprete.
Su motivación
Respecto a qué le pareció atractivo de la oferta del programa de Canal 13, Zamorano afirma que “está totalmente enfocado, hay hartos bailarines, hartos montajes, y la calidad va hacia la danza y los buenos espectáculos. Sirve para que la gente se vaya nutriendo con buenos shows”.
Asimismo, agrega que “siento que en Chile falta mucho darle la calidad que se necesita a los artistas chilenos en vez de mirar para afuera, por eso escogí volver y no quedarme en Suecia cuando tuve la oportunidad”, señala.
También avisa: “Yo soy competitiva, obsesiva. La disciplina es lo mío. No puedo evitarlo, me conozco, sé que me fijo una meta y voy por ello, para mí es muy importante desafiarme a mí misma e ir buscando mi mejor versión todo el tiempo para ganar. A veces me cuesta hasta dormir por eso, yo decidí que la danza era lo mío a los seis años y me instalo siempre con ese sentimiento”, cuenta.
Por último, asegura que “la disciplina es obsesiva en la danza, la exigencia de la técnica y de repetir y repetir el mismo movimiento siempre. La danza se consigue trabajando en silencio, logrando la pirueta o la pierna alta, sin caerse, es una capacidad de regularse y guiarse constantemente. La danza es técnica, así como también es amor y es pasión”.