Andrea Hoffmann fue una de las invitadas de La Divina Comida, donde abrió las puertas de su hogar, para mostrar todos sus rincones.
La animadora fue la segunda anfitriona en recibir a los otros tres comensales: José Alfredo ‘Pollo’ Fuentes, Arturo Ruiz-Tagle y Claudia Aldana.
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La locutora radial comenzó enseñando una antigua olla para acampar, reliquia familiar de su marido, quien la utilizaba junto a su padre cuando era niño.

Luego, presentó a su perro Thor, que estaba en el sillón, junto a su hija, Isadora. Hoffmann explicó que al can “lo iban a sacrificar porque tenía un megaesófago, que no se contrae, así que cuando come como perro se le devuelve la comida. Pero ahora aprendió a comer sentado, come como un caballero”.

También mostró una pequeña cava y admitió que “aquí somos amantes del vino chileno”.
Luego, llegaron al living, donde había dos amplios sillones blancos, una gran televisión y una pequeña mesa de centro, pero lo que más llamaba la atención, era la enorme pecera que estaba frente a la ventana.
“Estos son otros niños más que tengo, herencia del marido”, explicó Andrea Hoffmann cuando se acercó a los peces.

Finalmente, estuvieron en su rincón favorito, la terraza, donde había un flipper y un taca-taca.
Además, junto a la piscina, había otros sillones de estilo playero, cubiertos por un par de quitasoles, donde “podemos compartir cuando llegan todos”.

