La noche del sábado, Carla Jara se sinceró en La Divina Comida, y recordó la dolorosa pérdida de un embarazo que tuvo hace algunos meses.
La exchica Mekano junto a su esposo, Francisco Kaminski, fueron los anfitriones en este capítulo especial parejas, donde recibieron en su casa a César Campos y su marido, y a Juan Pablo Queraltó con su señora, Francisca Sfeir.
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En medio de la conversación, Jara reveló que “con Kami llevamos cuatro años intentando ser padres de nuevo. Al principio, Mariano llegó tan rápido a nuestras vidas que dijimos que cuando tomemos la decisión (de tener otro hijo) va a ser súper fácil”.
“Pero nos dimos cuenta de que no estaba funcionando… como que cada menstruación era una pérdida. Después empezamos a hacernos estudios para saber qué estaba pasando, y nosotros tenemos una infertilidad sin causa, porque tenemos todo bueno”, expresó.
Tras realizarse una inseminación y una fecundación in vitro que no funcionaron, Carla tuvo que “hacer terapia durante un año para poder entender qué era lo que estaba pasando con mi cuerpo y dejar de echarme la culpa“.
“Es un trabajo súper largo de entender que no es mi culpa. Después de hacer un trabajo sicológico y siquiátrico, un día me desperté y yo le dije a Kami: ‘Quiero volver a intentarlo'”, recordó.
La pérdida de Carla Jara
Según la comunicadora, todo el proceso fue bien hasta que en el año nuevo comenzó a tener dolores: “Cuando entro a la clínica al día siguiente el médico me dice que hay que operar de urgencia porque el huevo se fue a la trompa (uterina)”.
“Entré a pabellón, me cortaron la trompa izquierda y estuve tres días en la clínica. Yo me había implantado los dos huevos que me quedaban. El doctor me dice que es imposible que siga embarazada, pero yo le digo que sé que lo estoy”, recordó.
“Me hicieron la ecografía y le digo que no tiene latidos, que ya está, que no sigan con eso… y perdón que me emocione, pero todavía me duele mucho“, se sinceró sin poder aguantar las lágrimas.
Finalmente, manifestó que “para mí haberme hecho esta in vitro fue exponerme a la muerte, porque me generó un coágulo que se podía ir a cualquier parte del cuerpo. Pero lo importante es que eso no nos separó, sino que nos unió mucho más con Kami“.
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