Francisco Arenas de Gran Hermano, decidió tatuarse por primera vez tras su paso por el reality de Chilevisión, sorprendiendo a sus seguidores.

Lo anterior, ya que el ahora exparticipante del formato televisivo, apostó por un osado diseño, el cual fue realizado por su propio hijo, Sebastián, quien tiene un estudio hace años.

Sobre ello, Francisco y el tatuador conversaron con Página 7, donde entregaron sus impresiones de este momento padre e hijo.

En primera instancia, el experto contó cómo vio a su papá en esta nueva etapa, considerando su temor por las agujas. “Estuvo muy tranquilo, muy sereno e intentó relajarse. Lo aguantó súper bien y le gustó mucho”, contó.

A su vez, reveló que el tatuaje tuvo una duración aproximada de dos horas y media, tiempo en que lograron un perfecto resultado.

“Me siento muy orgulloso y afortunado que se haya dado esta oportunidad, porque él siempre me ha apoyado mucho en el tema artístico. De alguna manera estamos conectados con ese lado artístico y manual. Estoy feliz de que él haya confiado su primer tatuaje en mí”, dijo Sebastián.

Y continuó: “Lo he visto muy feliz el último tiempo, porque he andado con él en la feria, el supermercado, ayer estuvimos en el metro, y es increíble el cariño que la gente le da, y eso lo está llenando de fuerzas y de ganas de poder volver al repechaje”.

Francisco Arenas de Gran Hermano apostará por nuevos tatuajes

En tanto, Sebastián relató que el segundo tatuaje de su padre estará relacionado con su paso por el reality de Chilevisión.

“La idea es que siga siendo como el ojo de Gran Hermano, pero llevado a un tipo de gráfica más de tatuaje. Todavía no lo tenemos bien definido, pero va a hacer una interpretación de lo que es”, adelantó.

En la misma línea, Francisco Arenas contó a este medio que “tenía temor porque nunca me había tatuado y le tengo terror a las agujas, sentía que me raspaba y todo eso, pero al final fue entretenido y lo soporté”.

Francisco de Gran Hermano sobre primer tatuaje con su hijo a sus 61 años: "Estaba nervioso"
Cedida a Página 7

“No fue tan doloroso, pero fue bacán igual. Estaba nervioso por las agujas, pero fue una experiencia linda y ahora me miro y está bacán el tatuaje. Pensé que era algo que no me iba a hacer nunca”, aseveró.

Finalmente, sentenció entre risas que “ahora me hacen falta más tatuajes, es como algo medio adictivo, pero fue bacán y entretenido. Ya viene el otro, pero hay que esperar que sane este un poquito, y que se me quite el miedo”.