Raffaella Di Girolamo, quien es sexóloga e hija de la reconocida actriz Claudia Di Girolamo, es una de las invitadas al nuevo capítulo de La Divina Comida.

Cabe destacar que la también psicóloga compartirá con la intérprete María Gracia Omegna; el músico y director de la orquesta del Festival de Viña, Carlos Figueroa; y el alcalde de Pedro Aguirre Cerda, “el doctor del pueblo”, Luis Astudillo.

En el espacio de cocina de Chilevisión, recibió a sus invitados en su departamento, donde cocinó junto a su madre.

Su relación con su madre

Carlos le consultó “cómo era ser la hija de la maestra Claudia Di Girolamo”, en su infancia.

Ella dijo que es “un honor” y recordó lo difícil que fue para la intérprete de las teleseries de la época dorada de TVN, criarla: “ Yo crecí con una madre sola. Se sacó la cresta conmigo, no terminó la universidad, tuvo que hacerse una carrera a punto de esfuerzo conmigo al lado”.

“A lo mejor eso también te lleva a cambiarte el apellido por el de la mamá”, le planteó Figueroa.

En ese contexto, Raffaella contó que “yo peleé mucho, tuve que pagar a abogados”.

“Mi mamá me tuvo con quien fue mi progenitor, quien fue mi padre hasta mis 10 años. Yo tuve súper buenos recuerdos con él hasta los 10 años, y a esa edad pasó a ser una persona que no quería ser padre”, recordó.

La sexóloga recordó que en esa época su padre no vivía en Chile, sino que en Nueva York, por lo que ella viajaba constantemente a verlo.

“Tengo súper buenos recuerdos allá. Iba una vez al año, un mes a Nueva York, que lo pasaba increíble. Me vestía y me iba a la ropa usada, desde los 6 años para arriba”, detalló.

Y añadió: “A los 10 años yo me creía muy grande y creo que tenía que ver con eso, con que también esta realidad tenía que hacerme independiente en algunos espacios. Viajar en avión de aquí para allá era un privilegio, pero aparte era sola, era chica. Claro, entonces ahí también cuando se acaba ese vínculo, aparece más un vínculo con mi madre”.