Kenita Larraín reconoció que solo le falta reconciliarse con Iván Zamorano en Podemos Hablar, donde habló de la posibilidad de poder conversar con el ídolo nacional.

En el programa de este viernes, la panelista de Sígueme de TV+, se refirió al exjugador de fútbol, aseverando que consiguió limar asperezas con sus exparejas, pero el único que le falta es Zamorano.

“Yo tengo mi familia, él tiene su familia, éramos otras personas en ese momento. Obviamente que, si uno pudiera volver el tiempo atrás, quizás uno diría: ‘Haría esto distinto, haría esto otro diferente’, a lo mejor dice ‘no me hubiera gustado conocerla’, después de todo lo que pasó, ambos sufrimos”, comentó.

Consultada sobre si sufrió violencia en la relación con el delantero, Kenita comentó que “eso ya pasó hace tanto tiempo, pero me gustaría dar vuelta la página con eso y mirarlo desde otro lugar, porque creo que ya han pasado 20 años y un poquito más”.

“Obviamente, él es un hombre totalmente distinto, me imagino, yo también. Me gustaría expresar que, si en algún momento se da la oportunidad de poder conversar, creo que sería muy sanador”, reflexionó.

Kenita Larraín quiere limar asperezas con Iván Zamorano

En la misma línea, analizó que poner fin a su compromiso “me imagino que para él fue súper fuerte que yo no me casara, él nunca pensó que yo no me iba a casar y debe haber sido: ‘¡Cómo me hizo esto!’. Estábamos en un contexto del ídolo nacional, era el soltero más codiciado de todo Chile, yo creo que él nunca se esperó algo así”.

Kenita Larraín dio luces de reconciliación con Iván Zamorano: "Sería muy sanador"
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Y continuó: “Yo, por otro lado, no me sentía querida en la relación, estaba muy mal, y también fue el momento en donde yo dije: ‘Me tengo que amar'”.

Asimismo, señaló que en ese entonces pensó que “hay muchas mujeres y hombres que se casan con la esperanza de que los hijos van a arreglar el matrimonio, y yo sentía que eso no era así, es un error gravísimo, porque si estás mal, un hijo es una gran responsabilidad”.

Para concluir, Larraín valoró la valentía que tuvo en aquel momento al cancelar el matrimonio a último minuto. “Me eché a un país encima, (…) porque había muy mala onda conmigo. Yo llegaba a un lugar y me empezaban a pifiar, era súper duro. Por lo menos desde mi vereda, siento que eso está muy sano, no tengo ni odio, ni mala onda, ni rencor, quedé con lo bonito y de lo no tan bonito saqué mis aprendizajes”, concluyó.