Avatar: la leyenda de Aang y la continua reivindicación de los live action de Netflix

El pasado viernes, se estrenó en Netflix el live action de la popular serie animada Avatar: la leyenda de Aang.

No es la primera vez que Netflix apuesta por llevar historias que originalmente tienen formato de dibujo a una versión en carne y hueso.

Todos quisiéramos sacar de nuestra retina la adaptación de Death Note, que dejó por los suelos la historia de un animé tan popular e inteligente, al igual que la versión de Cowboy Bebop.

Pero, a pesar de estos fracasos, la plataforma de streaming no se rindió y continuó con la búsqueda de un live action que estuviera a la altura.

Y lo logró con la serie de One Piece, que, aparentemente, le dio el valor para recrear otra animación que ya había tenido una criticada película "en persona" hace algunos años.

Avatar: la leyenda de Aang tiene ocho capítulos de alrededor de una hora cada uno, que resume, casi en su totalidad, la primera temporada de la serie animada, es decir, el libro agua.

Un poco de historia

Una de las primeras cosas que llama la atención de este live action es su comienzo, que es diferente al original, pues lo primero que vemos es el ataque de la Nación del Fuego a los maestros Aire, algo que en el animé se nos rebela casi a mitad de temporada.

Pero funciona, ya que tiene escenas de acción y podemos ver el control de los elementos y el uso de ellos para la batalla. Atrapa, enciende y asombra al espectador.

Así es como conocemos a Aang (Gordon Cormier), el protagonista, e inmediatamente se nos da a conocer su misión y la angustia que esta le provoca, por lo que escapa y, de esa forma, logra sobrevivir.

El pequeño está destinado a convertirse en el Avatar, el legendario guerrero que domine todos los elementos, para lo cual emprenderá un camino en el que distintos personajes le ayudarán a controlar el agua, tierra y fuego, respectivamente (aunque en la serie solo se nos muestra el primero).

Para ello, cuenta con la compañía de Katara (Kiawentiio Tarbell) y su hermano Sokka (Ian Ousley), quienes lo encontraron por casualidad y deciden seguirlo en su viaje, con Apa (yip yip) y Momo.

Pero también hay antagonistas, siendo el principal de ellos el príncipe Zuko (Dallas Liu), de la nación del Fuego, junto a su tío Iroh (Paul Sun-Hyung Lee), que tienen como misión atrapar al Avatar.

Entonces, ¿es buena Avatar: la leyenda de Aang?

Si bien el live action no es una de las siete maravillas ni tampoco destacará entre las producciones de Netflix, sí es entretenida y puedes pasar un buen rato viéndola.

Además, para los que crecimos viendo la serie animada, habrá alguno que otro guiño a la misma (como la canción Hojas de vid que se oye en una emotiva escena entre el tío Iroh y Zuko... ¿Alguien más lloró?, ¿o solo fui yo?).

Sin embargo, a veces cae en algunas interpretaciones e incluso en el vestuario (no me hagan hablar de la peluca de la princesa Yue, ¡qué fue esa falta de respeto al personaje!), pero en general, es agradable de ver.

Además, intenta conservar el corazón de la serie animada con la que muchos crecimos, y eso se agradece.

En resumen, sí, es recomendable, es buena, es entretenida y la puedes ver con niños y adolescentes, solo debes tener una mente abierta a la nueva experiencia y no juzgarla por sus errores menores.

Porque, como dijo el sabio tío Iroh: "La perfección y el poder están sobrevalorados. Creo que es más sabio elegir la felicidad y el amor".