Aylén Milla explicó la importancia que tuvo su relación con la moda en la lucha contra el cáncer

Aylén Milla protagonizó el episodio más reciente del podcast Dale Color!, donde confesó la importancia que ha tenido la moda en su lucha contra el cáncer de mama.

La trasandina se hizo conocida en Chile por su participación en realities nacionales, y su gusto por la moda llamó la atención de los televidentes.

En conversación con Euge Lemos, ella misma reconoció que la moda la ha acompañado siempre, desde la infancia y hasta en sus momentos más oscuros.

Incluso, comentó que en su proceso de recuperación del cáncer, "la moda tiene dos caras siempre, me voy a quedar con la cara más linda, que es la que a mí me hace feliz, que es la de expresarte".

"En ese el sentido, la moda me ayudó un montón, porque, por ejemplo, al no tener pelo, al perder el pelo, digo ¿qué hago? Ay, hago lo que siempre amé. Siempre amé usar sombreros, usar pañuelos. Me encantaban los accesorios y me refugié mucho en eso".

"Entonces, me quedo con esa cara, que es lo más lindo de la moda, que me sirvió para jugar", añadió.

Aylén Milla habló del cáncer y el salvavidas que le dio la moda

Aylén Milla reconoció que su enfermedad fue una etapa dura, pero que se dijo: "le voy a sacar provecho al conocimiento que tengo, más la creatividad. Me tiene que servir para sentirme mejor, porque uno se siente horrible en ese tiempo".

Pese a todo, reflexionó sobre la realidad de lo que puede rondar a la moda y las tendencias. "Me quedo con lo lindo, aunque la moda tiene una parte bien frívola", sentenció.

De hecho, confesó que "odiaba el rosa antes, ahora lo adoro porque es el color del cáncer de mamas".

Una confesión de vanidad

Pero no solo eso, pues la modelo contó que siempre es muy preocupada de verse bien, muy coqueta. "Me gusta ser inaccesible, pero con los hombres", lanzó.

Incluso, comentó que "cuando conozco a un chico y cuando duermo con él, la primera vez; me despierto y en silencio a las 5 de la mañana, voy y me pongo tapa ojeras, me lavo los dientes, me peino y me vuelvo a acostar".

"Él dice 'buenos días, qué espléndida'. 'Ay, es que nací así', le digo. Lo hago siempre, hasta que tomo confianza", cerró entre risas.