Leonor Varela relató en 'De tú a tú' sanadora ceremonia de ayahuasca tras diagnóstico de su hijo

Leonor Varela fue la invitada que tuvo este jueves De tú a tú. En la conversación con Martín Cárcamo, la actriz recordó la muerte de Matteo, su primer hijo, que lo tuvo a los 39 años.

"Lo deseaba mucho, antes incluso pensé en tener un hijo sola. Fue un embarazo de unicornio, feliz, sano, fácil. Seguí trabajando feliz, creyéndome en la cima de mi carrera, en las nubes", comentó.

Y aunque Leonor creía que su vida iba a seguir igual, no fue así. "Muy pronto me di cuenta de algunos problemas, fue todo difícil. En el último mes, a veces lloraba, como que percibía que algo no iba bien", dijo.

"Luego, el parto no fue como esperaba, porque quería que fuera en casa, pero no hubo caso y tuvo que ser cesárea. Y después, cuando nació era todo muy difícil, costaba que durmiera, vomitaba, no subía de peso. Yo sentía que algo no iba bien", agregó.

Cuando el niño tenía cuatro meses le hicieron testeos y tuvieron un diagnóstico brutal: Matteo padecía de Leucodistrofia AGS, un desorden genético que provoca inhabilidad de la mielina para formarse, de modo que el impulso eléctrico no pasa al cuerpo. Es tan raro, que dos personas tengan ese mismo gen se da en un caso en un millón.

"Nos dijeron que probablemente iba a vivir un año de vida. Fue un golpe como un puñetazo y literal me caí para atrás. Vi a mi marido derrumbarse", reconoció.

Finalmente, adquirió fortaleza de una manera inesperada. "Con Lucas nos fuimos a hacer una ceremonia de ayahuasca, uno al lado del otro. En ese viaje vi mi corazón como un pajarito muerto en el suelo, la planta lo soplaba y revivía", recordó.

"Se me abrió el corazón, logré sentir y aceptar este dolor. Después de eso nos miramos y dijimos 'va a estar todo bien'. Ese fue mi norte durante toda su vida, la confianza de que aunque las cosas no sean como yo quería, todo iba a estar bien", sostuvo.

Lamentablemente, Matteo falleció en 2018 a los 6 años. Según Leonor, ella pudo comunicarse con él y supo de antemano lo que sucedería.

"Siempre supe lo que él quería hacer y lo que era importante para él. Una mañana desperté a las 5 y me dijo 'estoy cansado, mi cuerpo necesita descansar'. Y me dejó tres meses para preparar y aceptar su partida", relató.