En redes sociales se han viralizado registros donde Constanza Capelli besa a Bigote, el perro del reality Gran Hermano.

Recordemos que la bailarina ha forjado un estrecho vínculo con el animal. De hecho, confesó que lo adoptará y se lo llevará a Chile.

En ese contexto, desde Página 7 nos contactamos con Leandro Cádiz, académico investigador de la Escuela Medicina Veterinaria Universidad de Las Américas, quien advirtió sobre los riesgos de esta práctica.

“El hocico de un perro (así como nuestra boca) presenta una gran cantidad y variedad de microorganismos, fundamentalmente bacterias, además de algunos virus y hongos”, inició.

“La gran mayoría de estos microorganismos son parte de la microbiota normal de la cavidad oral de los perros, sin embargo, dada su conducta olfativa, tanto la cavidad oral como nasal están contaminadas con una cantidad importante de microorganismos que no son parte de esta microbiota oral, principalmente coliformes fecales”, agregó.

¿Nos pueden transmitir alguna enfermedad?

El profesional advirtió que muchas de estas bacterias tienen un potencial zoonótico importante, es decir, que pueden transmitir enfermedades a las personas.

“Entre las bacterias presentes en la microbiota oral de los perros y que tienen potencial zoonótico, podemos mencionar Clostridium, Capnocytophaga, Escherichia coli, Campylobacter y Pasteurella, entre otros”, dijo.

En ese sentido, el académico recalcó que el riesgo está en que muchas de las bacterias presentes en la microbiota oral de los perros son zoonóticas, y pueden causar infección al hacer contacto con las mucosas o la piel injuriada del ser humano.

“Algunos estudios han demostrado que hasta un 30% de las personas que mantienen un contacto estrecho con perros, tienen en la boca bacterias caninas causantes de periodontitis”, indicó.

“Otro patógeno a considerar al evaluar el riesgo de esta conducta es Capnocytophaga canimorsus, microorganismo presente en la microbiota oral de los perros y una de las principales bacterias asociadas a las mordeduras, pudiendo ocasionar septicemia, meningitis, endocarditis e infecciones oculares”, complementó.

Leandro Cádiz hizo hincapié en que debido a complicaciones por mordeduras, se han producido infecciones como osteomielitis, abscesos, infecciones pulmonares, e incluso infecciones oculares por Pasteurella canis, bacteria parte de la microbiota oral de perros y gatos.

“Además del riesgo de infección bacteriana, aunque es menos probable, un perro con material fecal en su hocico puede transmitir parásitos intestinales al ser humano”, sostuvo.

¿Qué cuidados debemos tener?

Cádiz reiteró que la recomendación es no besar a los perros, aun cuando se pueda considerar que el riesgo es mínimo, porque nuestras mascotas cuentan con sus vacunaciones y desparasitaciones al día.

“La presencia y colonización de bacterias en la cavidad oral y nasal de los perros es un evento normal y ellos están adaptados a su presencia”, explicó.

“Incluso, muchas de estas bacterias tienen un rol beneficioso para su hospedero, pero en un hospedero distinto (humano) pueden ocasionar graves infecciones, tanto locales como sistémicas”, avisó.

El investigador de Universidad de Las Américas destacó que en caso de que el contacto sea en una zona de la piel sana, el riesgo es más bien bajo.

“No obstante, existe evidencia de infecciones, no asociadas a mordeduras, en donde solo el contacto estrecho permite que se establezca un proceso infeccioso”, comentó.

“Es importante mencionar que personas inmunocomprometidas, de edad avanzada o con ciertas enfermedades crónicas, están más expuestos a cualquier tipo de infección, por lo que estas conductas debiesen ser evitadas por este grupo de personas”, cerró.