Entrevistas
El 'Poeta' de Ganar o Servir contó a quién donará su curiosa colección de peluches: "Le debo mucho"
Página 7
José Ángel González, 'El Poeta del Relato' y último eliminado de Ganar o Servir, se hizo conocido entre sus compañeros por hablar acerca de su curiosa colección de peluches.
Recordemos que previo a su ingreso al reality show de Canal 13, González contó que guardaba alrededor de 100 peluches, de sus fallidas relaciones amorosas.
“Tengo una colección de peluches, uno por cada vez que quise regalar un peluche. La última vez que los conté eran 97. Y son de todo, tengo ositos, elefantes, pero también de Street Fighter, de Zelda, un Alf", comentó en aquella oportunidad.
Ahora, en conversación con Página 7, el Poeta contó cuál será el destino que tendrán estos peluches, algo que está ligado a una íntima y difícil historia de vida.
"Los peluches están ahí, pero ahora estoy conversando con Coaniquem, del cual fui parte hasta los 17 años", comenzó contando a nuestro medio.
"Estoy hablando con ellos para donarlos. Creo que a los niños les van a hacer falta. Como yo estuve ahí, siempre vi que casi nos teníamos que andar compartiendo las cosas y creo que les va a hacer mucho bien a ellos", agregó.
Este gesto, sostuvo, vendría a "cerrar un capítulo" en su vida y también "aportar mi granito de arena a Coaniquem, al que le debo mucho".
La historia de 'El Poeta del Relato' con Coaniquem
'El Poeta del Relato' recordó el accidente casero que lo tuvo años en Coaniquem.
"Cuando era pequeño sufría de ahogos y como mis papás tenían miedo de que me ahogara durmiendo, dormía con ellos y ponían una estufa con agua de eucaliptus, para respirar el vapor", afirmó.
Canal 13
"En uno de esos momentos, estaba la tele y yo me acerco a ella, pero no me di cuenta de que terminaba la cama. No me di cuenta cómo giré, pero caí sentado, medio de lado, y ahí me quemé", añadió.
Asimismo, rememoró que "llegué a los tres años a Coaniquem, porque me quemé la cara externa del muslo izquierdo y solo puedo decir 'gracias'. Se portaron un siete conmigo, me hicieron todo el tratamiento, porque estuve así (hace gesto con los dedos) de ser operado, de que me pusieran injerto. Fue una quemadura grave".
Por último, sentenció: "´Pero rescato algo de ese momento. Después de quemarme nunca más me volví a enfermar. Absorbí toda el agua de eucaliptus y me ha servido hasta ahora".