Si eres de los que suelen atribuirle a la cerveza tu tan queridísima barriga, vas a tener que cambiar la coartada pues, según diferentes estudios científicos, el consumir este líquido no es sinónimo de tener más panza, ya que no se ha comprobado que produzca gordura abdominal.

La principal razón del por qué engordamos no se debe a la cerveza, sino más bien al alcohol suministrado al hígado, ya que este debe hacer un esfuerzo extra para procesarlo, por lo cual se concentra en eliminar sus toxinas y deja de lado el proceso de sintetizar los otros alimentos.

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El hígado debe dejar pasar los alimentos que suelen acompañar a la cerveza, como las papas fritas y otros bocados que generalmente se consumen cuando se disfruta de esta bebida, así lo explica el divulgador científico de la BCC, Greg Foot.

Además, no debes olvidar que un vaso grande de cerveza posee 150 calorías, lo que significa que, durante una salida con amigos, estarás expuesto a aumentar algunos centímetros la cintura.

El experto británico en dietas, Steve Miller, explicó a la BCC que el gran secreto para reducir la barriga es moverse.

“Mi barriga será más grande si como demasiado, bebo demasiado y no me muevo lo suficiente”, aseguró a la BBC.