La inglesa Amy Jones (21) admite que alguna vez se relajó demasiado con su peso, lo cual la llevó a escalar hasta los 97 kilos. Su novio de aquel entonces le decía que le gustaba su figura más rellenita… o al menos, esta historia mantuvo, hasta que Amy halló un desagradable mensaje de texto.
“Siempre tuvimos una relación volátil y peleábamos un montón. Pero mi pololo siempre fue un apoyo cuando se trataba de mi peso”, relata la joven al medio británico Mirror. “Él decía que lucía fantástica y que yo le gustaba con una figura más rellena, cada vez que le preguntaba si debería perder peso”, agrega.
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“La razón por la que me puse gorda, fue porque me mudé con él: era un físicoculturista y se la pasaba en el gimnasio, por lo que yo comía los mismos platos que él, pero sin hacer ejercicio”.
Todo se desató cuando Amy fotografiada al lado de un tractor, mientras asistía a la boda de su padre: “Lloré cuando vi la foto (…) Estaba tan fuera de forma, casi tan grande como el tractor!”, declaró.
Poco después, encontró un mensaje de su novio a un amigo, en el que se reían de ella y la llamaban “enorme” y “una vergüenza”. Así que Amy se aburrió, terminó la relación con este chico y decidió ponerse en forma. “Pensé, ‘esta no soy yo, esto no es lo que quiero ser’”, explica.
Tras meses de trabajo, logró pasar de los 97 a los 68 kilos. Hoy, mantiene la amistad con su ex, no guarda rencor por nada y sonríe cada vez que la fotografían. Así luce hoy: