Muchos fumadores se animan a dejar este tóxico vicio, no sólo para poder mejorar su salud y calidad de vida, sino que también para dejar de afectar a sus seres queridos por el humo de segunda mano. Y si bien algunos logran dejar el cigarro por completo, otros sobrellevan su dependencia gracias a un popular aparato: el cigarro electrónico.
Este dispositivo utiliza una pequeña batería para calentar y liberar el vapor de una solución líquida, la cual puede liberar nicotina pura o simplemente aromas. Los médicos lo han criticado y muchos afirman que puede ser igual de tóxico o generar la misma dependencia que el tabaco regular.
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Pero ese no es el único peligro que encierran y ahora bien lo sabe un joven de la ciudad de North Naples (Florida, Estados Unidos). Hablamos de Evan Spahlinger, un chico de 21 años que se encuentra en coma inducido desde que un cigarro electrónico le explotara en toda la cara, como recoge la revista Cosmopolitan.
Evan sufrió quemaduras internas y externas, al punto de que se dañaron sus pulmones. Debido a la gravedad de sus lesiones, se cree que la boquilla del cigarro cayó por su garganta con la explosión inicial y volvió a generar llamas cuando se encontraba en su interior.
“Estaba tendida en la cama con mi hijo de 2 años, cuando escuché una explosión y comenzó a oler a quemazón, humo y fuego”, relató su hermana, Emma Richardson. “Encontré a mi hermano sin respiración, con su cara toda quemada y su cuello todo quemado. Él intentó vomitar un poco o quizás aspirar aire, así que llamé al 911”, agregó.
La explosión fue tan grande que logró encender la alarma de incendios de la casa. Desde entonces, se mantiene internado en una clínica donde ya recibió cirugía estética. Su hermano detalló que antes de sedarlo, su hermano logró decir un par de palabras “estoy superado. Eso fue todo”, dijo.
No se sabe si Evan logrará recuperarse por completo y continúa grave. Se trata del segundo caso en este año: hace unos meses atrás, a otro joven de Florida le pasó algo similar, James Lauria, y debió recibir un implante para cerrar el hueco en el paladar que le dejó la explosión en su boca.