La noche del viernes, una mujer y su hermana caminaban cerca del lecho de un río en Los Angeles, cuando escucharon el llanto de un bebé. Asustadas e incapaces de hallar la fuente del sonido, llamaron a la policía.
Al llegar los uniformados allá, encontraron a una lactante enterrada bajo asfalto, goma y escombros, justo al lado de una ciclovía. Resultó ser una niña que había nacido hacía 2 o 3 días, quien estaba completamente helada. Debido a esto, fue llevada de emergencia al hospital, como recoge el portal femenino Cosmopolitan.
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Se cree que la pequeña nació en un hospital y fue posteriormente abandonada y enterrada por su madre, motivo por el que esta mujer está siendo intensamente buscada. Si las otras mujeres no hubieran oído su llanto, probablemente habría muerto de hipotermia.
Este caso se suma al hallazgo de un bebé en el pesebre de una iglesia del barrio de Queens, en Nueva York. En ese caso, la madre del menor fue identificada y se le devolvió al niño, sin que esta enfrentara cargos debido a las “Save-haven laws”.
Estas controversiales leyes permiten que una persona entregue a un hijo no querido anónimamente, sin miedo a ser arrestado o demandado.
