Tiene 19 años, es estudiante universitaria y como cualquier otra joven de su edad, espera cumplir cada uno de sus sueños profesionales en corto plazo.
Hasta ahí la vida de Mariyka Sovenko suena como la de cualquier otro ser humano, de no ser porque es la única persona conocida que nació y creció en la zona de exclusión de Chernobyl.
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La historia de su vida sale a luz luego que el medio británico Sunday Express la ubicara dado el revuelo que ha provocado la miniserie de HBO basada en la tragedia de Chernobyl.
“Estoy bien, estoy trabajando. Eso es todo“, fue lo único que declaró la joven al periódico.
Lydia y Mikhail, los padres de Mariyka, vivían cerca del reactor nuclear número 4 cuando este explotó el 26 de abril de 1986. Tanto así que el propio Mikhail, en su calidad de bombero, fue llamado a combatir las llamas esa fatídica noche.
Cuando la emergencia pasó, la pareja no quiso dejar la zona de exclusión, básicamente porque no tenían dónde ir, ya que la Unión Soviética no les ofreció una vivienda de evacuación.
Casi 15 años más tarde, en 1999, Mariyka llegó al mundo y los Sovenko decidieron criarla en el mismo entorno, ignorando los riesgos por la radioactividad presente en el lugar.
Pese a tener una infancia solitaria, pues era la única niña que vivía en toda esa zona, su madre señaló en una entrevista otorgada el 2006, que Mariyka era una niña perfectamente normal, pese a la creencia popular. “Si las personas creen que es una mutante o tiene dos cabezas, están equivocadas. Ella es una niña encantadora que está perfectamente saludable, por lo que podemos ver“, indicó en ese entonces.
Su único lamento fue el hecho de que no haya tenido amigos con quien jugar. Eso sí, a los siete años, Mariyka debió alejare de sus padres para asistir al colegio y desde entonces volvió a la zona de exclusión cada cierto tiempo.
Actualmente la joven vive y estudia en Kiev, lejos del hogar de su madre, aunque de vez en cuando consigue un permiso para visitar a su madre de 66 años que continúa viviendo allí.
“Las personas creen que Mariyka es un símbolo del renacimiento de Chernobyl, un signo de Dios que interpretan como una bendición de vivir aquí, y que la vida está regresando a este lugar destrozado“, dijo Lydia sobre su única hija.
Eso sí, de acuerdo a una amiga de Mariyka que habló con el Sunday Express, ella no lo ve tan así. “Saber que es la única persona que nació allí después de la explosión y creció en Chernobyl, es bastante doloroso para ella. Ella lo ve como un estigma“, reveló.