En algunos días muchos cumplirán un mes de cuarentena voluntaria y, en este complejo escenario, los momentos de relajación son fundamentales para sobrellevar los “estragos” del encierro.
En este sentido, maquillarse, realizar una rutina del cuidado de la piel, darse un baño o simplemente vestirse con un atuendo favorito nos ayuda a levantar el ánimo. Pero ¿por qué arreglarnos nos hace sentir mejor?
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De acuerdo a Luis Pino, académico de la Escuela de Psicología de Universidad de Las Américas, esto tiene que ver con el refuerzo del autoestima, lo que puede ayudar a sobrellevar de mejor manera el aislamiento.
“Una persona con una autoestima alta tendrá mayor disposición al encierro y, por lo tanto, va a ser un elemento protector, incluso paliativo, respecto a toda la sintomatología que puede conllevar el aislamiento”, comentó.
Si bien maquillarse o realizar una rutina de skincare podrían ser catalogadas como actividades superficiales en el contexto de emergencia que se vive en el mundo, para muchos es casi terapéutico.
En este sentido, el psicólogo afirmó que no se debe juzgar la complejidad ni la intelectualidad de la estrategia que cada persona pueda elaborar para enfrentar el encierro.
“Si maquillarse cumple una función de relajo, de distensión, esto va a aminorar el estrés y la ansiedad, lo que nos va a preparar cognitiva y efectivamente a la complejidad de las relaciones humanas en una situación de encierro”, apuntó.
¿Y qué sucede si no realizamos ninguna actividad durante la cuarentena, optando por una conducta sedentaria? Pues, eso esto solo contribuirá a la desmotivación, indicó Pino.
“Surgirían pensamientos negativos, que aumentan el deseo de ‘hacer nada’. En una condición de encierro, en la que las personas deben cambiar su dinámica rutinaria en la casa, que estés todo el día en esta condición es contraproducente para cualquier situación de estrés o ansiedad”, concluyó.
Por último, para evitar una inestabilidad emocional, el académico aconsejó organizar los tiempos, realizar actividad física en la medida de lo posible, establecer objetivos diarios e identificar qué es controlable y qué no lo es en medio de esta situación, para así evitar el estrés.