En octubre pasado, el programa de Canal 13 Contra Viento y Marea emitió un nuevo y emotivo capítulo protagonizado por un niño de 10 años llamado Joaquín, y cuya historia tocó el corazón del conductor Pancho Saavedra y de los televidentes.
El pequeño vive con un tumor cerebral, por lo que a su corta edad ha debido someterse a más de diez operaciones. Dada esta situación, sus padres pospusieron su matrimonio durante bastante tiempo para dedicarse por completo a la salud de Joaquín.
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Fue así como el niño le pidió al programa que por favor lo ayudaran con su sueño, que era el de ver a sus padres llegando al altar. Y así fue, además de casarse, la producción gestionó otras sorpresas como una camioneta e incluso unas vacaciones para toda la familia a Estados Unidos, que incluyó un paseo a Disney.
“Este viaje para mí fue súper maravilloso, la pasamos genial. Estoy súper feliz por estar con mi familia, estar de vacaciones. Muchas gracias a todos, los quiero”, comentó en aquella ocasión Joaquín.
De ese entonces han pasado cerca de nueves meses y hoy el pequeño ‘guerrero’ se ve saludable y contento, al menos es lo que transmite a través de su cuenta de Instagram donde posee más de 52 mil seguidores.
La pandemia también los afectó
Claro que su familia no se salvó de las consecuencias de la pandemia por coronavirus, ya que el padre de Joaquín, Héctor, quedó sin trabajo debido a la crisis económica que afecta al país.
En conversación con Página 7, su esposa Daniela, nos contó que el hombre “estaba trabajando en la Corporación Municipal de La Florida, en la imprenta, y en marzo lo enviaron a casa por cuarentena”.
Hasta ahí todo bien, excepto que el pasado 2 de julio tuvo que firmar un anexo de contrato en el que se indicaba que trabajaba hasta el 30 de junio, lo que fue un balde de agua fría para la familia. “Yo estoy sin trabajar desde marzo, ya que contábamos con el sueldo de él. Soy estilista y por el contacto con las personas, tan directo, tomamos la decisión de no seguir por cuidar a Joaquín, ya que él es de alto riesgo“, indicó la madre del niño.
Tras la desvinculación de Héctor, contrataron a otra persona, y Daniela indicó que se debe a que su esposo también es enfermo crónico y que como tenía un contrato a plazo fijo y venció, no se lo renovaron, pese a que cuando se fue en cuarentena le dijeron “que estuviera tranquilo”.
La situación de la familia se ve compleja, puesto que Daniela señaló que no tienen ahorros y que han recurrido a distintas herramientas para enfrentar el momento. “Siempre compramos un poco más de mercadería y con eso tenemos un par de semanas. Estamos vendiendo cajas de pollos también y yo publiqué nuevamente mis trabajos“, detalló.
“Mi esposo le está repartiendo unos productos capilares a una amiga en la camioneta que nos regalaron. Este mes tenemos pagados el arriendo de este y mi hermana y mamá me están ayudando con compras para los niños”, agregó.
Héctor trabaja en imprenta offset, máquinas Heidelberg y Ryoby; además tiene licencia clase b, pero la situación es tan compleja que su esposa indica que está abierto a todas las posibilidades de trabajo.
Salud de Joaquín y cuarentena
Durante el tiempo en que empezó el confinamiento y Héctor continuaba con trabajo, la familia intentó cuidarse lo más posible, principalmente por Joaquín, pero ahora la situación es distinta. “Hacíamos pan acá en casa, y solo salíamos a las compras dos veces al mes, pero ahora con el desempleo todo cambió”.
Además, hace unas semanas les explotó el vidrio del horno por lo que tampoco pueden hacer pan en casa y están obligados a salir a comprar.
Respecto a la salud de Joaquín, Daniela indicó que deben salir “una vez al mes al hospital a retirar sus remedios, y los que compramos, nos los traen a la casa desde la farmacia comunal”.
Asimismo, indicó que su último control fue en abril, con el doctor neurocirujano Osvaldo Koller, en el Instituto de Neurocirugía Alfonso Asenjo, quien les avisaría cuando pudieran retomar las consultas, dado el contexto. Claro que si el niño presenta algún síntoma de riesgo como pérdida de visión o convulsiones, debe asistir de urgencia.
Asimismo, el endocrinólogo tampoco les recomendó ir al Hospital San Juan de Dios, al menos hasta septiembre, “ya que por la diabetes insípida que tienen y la falta de la hormona de cortisol, debemos evitar que se contagie”.
“Hemos sido súper estrictos con él, no sale para nada, solo por videollamada ha podido tener contacto con la familia”, comentó la madre, agregando que tiene pendientes exámenes hormonales y una resonancia.
El encierro
Afortunadamente Joaquín se ha mantenido saludable y solo se le han caído algunos dientes producto de la edad. Y aunque el encierro ha sido difícil como para todos los niños, ha sabido enfrentarlo con ayuda de las redes sociales.
“Le ha costado porque a él le gusta tener contacto con las personas, pero con las redes sociales puede enviar videos que le piden dando ánimo por cumpleaños o saludos y eso le da ánimo a él igual”, dijo.