Jennifer era a los ojos de la gente una hija excelente y estudiosa. Tocaba el piano, tomaba clases de flauta, practicaba patinaje artístico, hacía ballet y natación.
Todo un logro para unos padres que habían llegado a Canadá como refugiados políticos desde Vietnam, su país natal.
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Bich Ha Pan y Huei Hann Pan eran muy controladores, por lo que nunca dejaron a su hija decidir qué hacer con su tiempo ni socializar con quien quisiera, consignó Daily News.
Creyeron que su férrea disciplina había dado como fruto una “hija perfecta”. Sin embargo, la joven quedó presa de un mundo de mentiras que terminó desmoronándose y haciéndola planear, al verse descubierta, la muerte de sus propios progenitores.
A medida que fue creciendo, Jennifer comenzó a falsificar notas de la escuela, menciones de honor e incluso el título de bachiller.
Luego, conoció a un chico llamado Daniel Wong, con el que comenzó una relación sentimental totalmente a escondidas de sus padres.
Hasta que en 2010 sus mentiras quedaron al descubierto. Tras un exhaustivo seguimiento, su padre la obligó a confesar y ella contó todo: no se había graduado de secundaria, tampoco asistió a las universidades de Ryerson y Toronto, y todo ese tiempo estuvo viviendo con su novio.
Plan
Tras descubrir sus mentiras, su padre la obligó a que volviera a vivir con ellos. Lograron que dejara su trabajo en un restaurante y le instalaron un dispositivo GPS en su auto.
Tenía prohibido salir sin avisar, y le quitaron el celular y la computadora por más de dos semanas. Tampoco podía ver a su novio Daniel.
De acuerdo a South China Morning Post, al verse sin salida, no encontró mejor solución que asesinar a sus padres. Para llevar a cabo la macabra acción, la joven contrató a sicarios a los que pagó 10 mil dólares e hizo que fingieran un robo, cuyo objetivo era terminar con la vida de Bich Ha Pan y Huei Hann Pan.
Fue así como con la ayuda de Daniel, contactaron a un hombre que se ofreció a cometer el doble crimen por ese dinero, contando con la ayuda de otros dos sujetos y el propio novio de Jennifer.
Los hechos
La noche del 8 de noviembre de 2010, Jennifer les dio acceso a la casa para que cometieran el supuesto robo. Ingresaron al inmueble, sacaron de su dormitorio a los padres y los obligaron a que entregaran todo el dinero que tuvieran.
Los ataron de manos y pies, para luego dispararles en la cabeza. La madre murió de inmediato, pero el padre sobrevivió de milagro, informó El País.
Al llegar al lugar, la policía se percató de que había algo extraño en el robo, pues no se llevaron otras posesiones de valor, como el lujoso automóvil que tenían en el garaje. Además, el hecho de que entraran por la puerta principal también levantó sospechas.
Al interrogar a Jennifer, lograron que confesara parte de lo ocurrido. Dijo que había contratado a los sicarios, pero no para asesinar a sus padres, sino que para escenificar su propia muerte.
Finalmente, en 2014 llegó la sentencia, en la cual se dictó cadena perpetua para Jennifer, entonces de 28 años, y también para su novio Daniel Wong y a los tres hombres que la ayudaron con su plan: Lenford Crawford, David Mylvaganam, Erick Carty.