13.6 metros miden las uñas de Diana Armstrong, estadounidense de 64 años, que se llevó el Récord Guinness por esa particular característica.
Luego que su hija de 16 años muriera en 1997, la mujer prometió nunca más volver a cortárselas.
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Según recoge el diario electrónico Metro, la adolescente le hacía la manicura a su madre todos los fines de semana.
Sin embargo, tras su dolorosa partida, Diana no dejó que nadie más le tocara las uñas. Tanto así, que incluso renunció a su trabajo para concentrarse en su cuidado.
Actualmente, su uña más larga es la del pulgar derecho, cuya longitud es similar a la de un autobús escolar.
Aunque parezca sencillo dejarlas crecer, Diana reveló que pintárselas puede llevarle entre 4 a 5 horas, y para eso necesita de 15 a 20 botellas de esmalte.
“En cada uña me demoro 10 horas entre limarla y pulirla. Para eso necesito usar una herramienta de carpintería. Me las arreglo cada cuatro o cinco años”, detalló la mujer.
Si bien Diana las luce con orgullo, a veces tiene inconvenientes para realizar sus tareas diarias, como abrir la puerta del refrigerador o manejar su auto.
“Puedo subirme el cierre del pantalón o la chaqueta. Puedo abrir una lata de refresco, pero necesito un cuchillo“, comparó la estadounidense.
“Ya no manejo mi auto, porque tendía que mantener mis manos fuera de la ventana. Si tengo que recoger dinero del suelo, puedo recoger billetes. Pero si dejo caer monedas en el piso, se quedan ahí”, concluyó.