¿Mantequilla o margarina? Te contamos cuál es la opción más sana
La elección entre mantequilla y margarina como acompañamiento para tostadas o ingrediente en diversas recetas de cocina es común en Chile, aunque la pregunta sobre cuál es más saludable persiste.
De acuerdo con el Círculo de Nutricionistas de Sodexo, ambas opciones aportan grasa al organismo, un nutriente clave para varios procesos corporales, pero su consumo excesivo puede ser perjudicial para la salud.
Por lo tanto, los expertos sugieren reemplazar tanto la mantequilla como la margarina por aceites no refinados, como el de oliva o girasol, que son más saludables.
La mantequilla, elaborada a partir de la crema de leche de vaca u otros animales, es una buena fuente natural de vitaminas A, D y E, proteínas y minerales como calcio, fósforo, sodio, potasio y magnesio, destacándose por su sabor y color naturales.
Sin embargo, debido a su alto contenido de ácidos grasos saturados (alrededor del 80%), se asocia con el aumento del colesterol en la sangre y puede desencadenar enfermedades cardíacas.
La margarina: ¿una alternativa más saludable que la mantequilla?
Por otro lado, la margarina, de origen vegetal, se compone de agua, aceites vegetales, emulsificantes y a veces leche, según indica Mayo Clinic.
Aunque carece de vitaminas naturales como la mantequilla, puede contener aditivos artificiales para simular su sabor y consistencia.
A pesar de que se elabora con grasas vegetales insaturadas, el proceso de hidrogenación puede generar grasas trans, asociadas con problemas cardiovasculares.
Especialistas sugieren sustituir ambos productos por aceites no refinados, como el de oliva o girasol, al cocinar. Para acompañar tostadas, una opción más saludable es untarlas con aceite de oliva virgen y agregar ajo, tomate y queso, inspirándose en la dieta mediterránea.
Se recomienda consumir mantequilla o margarina en pequeñas porciones, sin exceder el límite de grasas diarias recomendadas.
En resumen, la mejor opción para mantener una dieta equilibrada es moderar el consumo de mantequilla y margarina, priorizando aquellas con menos aditivos y grasas saturadas.
